La amputación repercute no sólo en la integridad física del paciente sino también en su estado psicológico y en sus posteriores estado funcional e independencia. Es un proceso de adaptación física y mental en el que influyen diversos factores, tanto del paciente: orgánicos y psicológicos; como del entorno: equipo de tratamiento, familia y sociedad en término más amplio. Todos estos cambios deben ser afrontados por el amputado y el equipo que lleva a cabo su tratamiento.

En la población general las causas de amputación son predominantemente vasculares, seguidas a mayor distancia por traumáticas, tumorales y otras.

En el entorno de una mutua de accidentes laborales, estas proporciones se alteran, siendo la causa mayoritaria traumática. Nuestra población tiene también otras características específicas: son personas que en el momento de la amputación están en edad laboral, generalmente sin patología previa, y predominio del sexo masculino.