Asepeyo realiza un continuo trabajo en la incorporación de las últimas tecnologías en el campo de la rehabilitación, con el fin de incrementar la calidad asistencial ofrecida a los pacientes de fisioterapia. Dentro de esta apuesta por la innovación, la Mutua ha incorporado tres equipos terapéuticos con el novedoso Sistema de Inducción Magnética de Alta Intensidad (SIMAI), ubicados en el Hospital Asepeyo Sant Cugat, el Hospital Asepeyo Coslada y el centro asistencial de Salamanca.

Si bien el uso de la corriente magnética es habitual en las salas de fisioterapia, los dispositivos existentes son capaces de generar campos magnéticos de baja potencia (aproximadamente unos 200 Gauss, unidad de potencia de los campos magnéticos), aplicados en solenoides, que provocan una dispersión del campo magnético. SIMAI, sin embargo, permite alcanzar potencias 150 veces superiores de hasta 30.000 Gauss (3 Tesla) de forma focalizada sobre la zona a tratar. Esto permite atravesar tejidos, pudiendo alcanzar una profundidad de hasta 10-12 centímetros, traduciéndose en una mayor eficiencia del tratamiento con campo magnético.

Esta mayor eficiencia supone alcanzar unos mejores resultados terapéuticos en un menor número de sesiones que, a su vez, son de duración más corta. Así, las patologías agudas se pueden beneficiar de sesiones de 10-15 minutos de tratamiento, mientras que las patologías subagudas precisan de 15-20 minutos de duración para lograr un buen resultado terapéutico.

 

Los efectos fisiológicos de la aplicación de campos magnéticos en el organismo son conocidos desde mediados del siglo XX. El cirujano ortopédico O. Becker (1923-2008), considerado como padre de la electromedicina, estableció los efectos biológicos del electromagnetismo, que podríamos resumir en una optimización de la función celular. 

Efectos del magnetismo

SIMAI permite una ampliación de las indicaciones clásicas derivadas de los efectos fisiológicos del magnetismo, entre las que descatan:

  • Mejoría en la consolidación de fracturas y resolución de edemas óseos, gracias a su efecto sobre los osteoblastos y su efecto piezoeléctrico
  • Control del dolor gracias a la interacción con el Sistema Nervioso Periférico y la despolarización de fibras aferentes del dolor, abriendo una puerta a su uso en la neuromodulación, asociada hasta el momento con las terapias invasivas
  • Mejoría del trofismo muscular
  • Control del edema, gracias a la mejora en la homeostasis celular
  • Efecto condroprotector, gracias a la estimulación de los condrocitos

Se trata de una terapia que, pese a su alta intensidad, no es invasiva. Su aplicación es muy sencilla y no supone sensación nociceptiva para el paciente. Además, presenta un efecto sumatorio, ya que se puede combinar con el resto de terapias que aplicamos en nuestras salas de fisioterapia, potenciando su resultado, gracias a su repercusión sobre los sistemas nervioso periférico y musculoesquelético.

 

Autor: Miguel Robles García. Fisioterapeuta centro asistencial Asepeyo Salamanca