Las lesiones en los tendones extensores de la mano suelen ser infravaloradas, lo que puede  provocar secuelas diferidas importantes. Pueden ser abiertas o cerradas. Nos ocuparemos de las lesiones provocadas por heridas o laceraciones.

Recuerdo anatómico

Los tendones extensores de los dedos trifalángicos (de 2º a 5º dedo) tienen su origen en el músculo extensor común de los dedos, situado en el dorso del antebrazo y que actúa de manera simultánea.

A nivel de la articulación IFP se bifurcan en: una bandeleta central que se inserta en la base de la falange media y dos bandeletas laterales que se van situando en posición media y se insertan en la base de la falange distal. De este modo, nos encontramos que un solo tendón extensor moviliza tres articulaciones, la metacarpofalángica y las interfalángicas proximal y distal.

Además el 2º y el 5º dedo tienen dos músculos independientes (y, consecuentemente, sus dos tendones), que permiten la extensión aislada de estos dedos (“poner cuernos”).

En cuanto al pulgar, tiene dos tendones extensores: el extensor corto que se inserta en la base de la falange proximal y que extiende la MCF y el extensor largo del pulgar, que al insertarse en la base de la falange distal extiende la articulación IF y levanta el dedo hacia fuera.

Exploración básica inicial

Ante una herida que se encuentra en el trayecto de un tendón y/o asociada a dificultad para mover activamente una articulación, se debe explorar cuidadosamente y con anestesia local, si es necesario.

  1. Se solicitará al paciente que realice la extensión contrarresistencia de cada una de las articulaciones de los dedos. Es importante valorar si existe pérdida de fuerza lo que podría indicar una lesión parcial.
  2. En el pulgar, para explorar el extensor largo, hay que tener en cuenta que es el único capaz de hacer que el dedo se levante de la mesa con la mano apoyada sobre la misma.

De existir dudas en la exploración la prueba complementaria de primera elección es la ecografía.

Tratamiento

Ante una herida en el dorso de los dedos y de la mano debemos:

  1. Procedemos  a la limpieza y desinfección de la herida.
  2. Comprobar si está actualizada la vacunación antitetánica.
  3. Si tras la exploración se comprueba la existencia de una lesión en los dedos, se deberán inmovilizar  con una férula  digital en extensión de las interfalángicas (IFs). 
  4. Si comprobamos que existe una lesión completa del extensor a nivel del dorso de la mano, debemos proceder a la tenorrafia (sutura)  e inmovilización con férula digito-palmar en flexión de la MCF entre 45º y 90º si la sutura nos lo permite, hasta las 3-4 semanas para los dedos trifalángicos. Es importante, a este nivel lesional, evitar la inmovilización estricta en extensión de la MCF porque se puede provocar una rigidez residual irrecuperable, de ahí que se haya de ir aumentando la flexión de la inmovilización progresivamente. A partir de las 3-4 semanas, se puede retirar la férula entre sesiones para iniciar los pasivos articulares con aumento progresivo de la flexión y los activos suaves sin contrarresistencia hasta las 6 semanas post tenorrafia.
  5. Si la lesión de extensores se encuentra próxima a la muñeca, se tendrá que inmovilizar la misma con una extensión entre 30-45º.
  6. Para la sección del extensor largo del pulgar, se procede a la sutura (tenorrafia) e inmovilización con férula digito-palmar en extensión durante 4-6 semanas.
  7. Tras retirar la inmovilización , iniciar ejercicios activos libres, evitar los ejercicios contrarresistencia hasta completar la 6ª semana.

 

 

Bibliografía

  • Manual SETLA. Conceptos Prácticos en Traumatología y Medicina Laboral, 2016.
  • Delgado Martinez A.D., Alcantara Martos T. Las lesiones de la mano en urgencias. Medicina Integral, 2001;  36 (8):  368-72.

Autoras: Dra. Carme Reñé Ferrando, médico del centro asistencial l’Hospitalet de Llobregat, Dra. Marta Pérez, médico adjunto de la Unidad de Mano del Hospital Sant Cugat  y Dra. Isabel López, médico jefe dela Unidad de mano del Hospital Sant Cugat.